Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con deslumbrante maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en un https://shaniaxyvq600487.blog-gold.com/52536409/reacciones-al-cabezazo-de-zidane-en-2006